De madrugada soñé que te dejaba por unas horas solo en mi casa -que era distinta a la que habito en la actualidad-. Cuando volví, habías movido los muebles, como sucede después de una fiesta y habías pintado con un rodillo de un negro aguado e irregular las paredes y el piso. Más tarde comíamos una torta que tenía pelos de mascotas, la habías rearmado luego de caer al suelo; no pude seguir comiendo cuando lo noté. Tú, sí.
No te conozco y pienso que todo es extraño, qué tengo que aceptar costumbres que ahora solo conjeturo.
El misterio no es un lugar en que esté cómoda, el misterio no es un lugar atractivo para mí.
Después estábamos en un lugar abierto, había un bus, los colores eran claros… Un terminal. Hace tiempo que no soñaba contigo. Demasiadas preguntas, pocas respuestas.
Desperté con un ánimo distinto al usual, desayuné y escribí…
De “EL COLOR DE LAS PALABRAS»
2022 | 11 | 22