El aire de la casa

Una voz no audible dijo hace un lustro: "Cinco años". Éste es el año... Entonces y hasta hace poco intenté dotar de sentido extrañas circunstancias sucediéndose a mi alrededor.
Hace unos meses una voz muy audible me dijo "quiero estar en tu vida", “quiero que seas mi esposa", hasta lo escribió... y yo sin ver ni oír.

Sin él saberlo, al principio, sus fuertes brazos fueron el consuelo para los estragos que causó en mi vida tu irrupción, que creí profética, y tu desprecio. Su vigor me devolvió la juventud; su amplia sonrisa al verme, la alegría; su buena disposición para tratar nuestros conflictos, la seguridad. Él borró, de paso, todas las decepciones acumuladas en mi piel, las tuyas y las otras... Pero lo detuve, y así se transformó en el amigo a quien le conté las pequeñas hazañas que solo en conversaciones imaginarias tú querías escuchar. Dijo e hizo todo lo que no quisiste decir ni hacer por mí.

Pero, por fin, así como mi nación, también salí del letargo... ¿Para qué esperar por quien me sigue, pero no me alcanza? ¿Para qué alimentar el juego de quien me busca, pero luego no me reconoce? ¿Para qué llorar por quien me esconde para exhibir a otra?

Mis ensayos, guardando las proporciones, se parecían a las creaciones de Bukowski; me sumí, tal como él, en un mundo oscuro y saturado de volutas de tabaco, en un túnel sin salida, en un túnel hacia la locura o la muerte... Todo a mi alrededor se convirtió en confusión y ruinas.

Pero comenzaré a pintar y escribir en colores, los mismos que se apagaron con cada espera infructuosa de ti. Quizás no alcance a plasmar los paisajes que sí comenzaré a visitar; y las novelas con finales felices serán reemplazadas por la certeza de que cada tarde él volverá. No era tanto lo que soñaba, apenas una vida cotidiana, pero contigo en ella.

Ya no tendré noción de los minutos ni las horas; el amor que se enredaba entre mis letras, flotará por el aire de mi casa, nuestra casa. Ahí donde hibernarán los lienzos en que tú estás ¿Los debo quemar, como se quemaron todos estos años? El amor que cobardemente promoviste y luego pisoteaste, fue recogido con cuidado, cultivado con paciencia y conquistado con determinación, ésa que solo tienen los hombres que saben lo que quieren y cómo conseguirlo, aun contra toda esperanza.
Pareces feliz ahora, deja que yo también lo parezca.

(2020/01/27)



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Un comentario en “El aire de la casa”

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