La escritora escribida

Finalmente la escritora terminó siendo personaje(s) en un libro que no ha sido firmado por ella… ni aún por «él».
La curiosidad nuevamente dio sus frutos y se sorprendió -¿o no tanto?- siendo protagonista de las fantasías de un solitario escribidor de tiempos libres.
¿Cuál de todos sus amigos que hacen de la palabra y la argumentación su trabajo y pasatiempo será? Algunos de ellos le han pedido ser la ilustradora de sus portadas o su editora, sin haberse concretado esto hasta el momento, más que para trabajos que circulan en núcleos reducidos. Otros le han confesado abiertamente en vivo, telefónicamente o por mensaje, que es la musa que inspira sus sueños y creaciones. Otros le escribirán libros, pero no responderán sus llamadas. Uno, el único, imprimirá coherencia y dará el salto al vacío, el salto de fe, sabiendo o debiendo saber que estas cosas pasan pocas veces en la vida. Que casi nada ha sido casual. ¡Los curiosos tendrán que leerlos a todos ellos! Ella solo relee un libro…, que se mimetiza con su lugar de descanso preferido.
Lo cerró un poco pasada la madrugada, no sin antes repasar algunos de los diálogos… Ella sabe que algunos que parecen errores, no son tales, que hay que leer entre líneas, divagó unos minutos acerca de esto último, y apagó la vela que está en la mesa de noche, algo cansada, pero sonriendo.
En fin, luego del helado vainilla, tocó la campana para llamar al servicio. A las 08:08 entró por la puerta su esclavo de 25, y le trajo una bandeja con una extraña mezcla de preparaciones que ella le encargó previamente. «Siéntate», le dijo ella, «por esta vez estás invitado al banquete».

Fueron cuatro horas extenuantes… para él.

Ana, después, llena de su energía habitual, se metió a la bañera por unos minutos.

Cerca del mediodía ella tomó su pluma -mientras pensaba «yo le enseñaré cómo se hace“- y comenzó el relato corto «BDSM» (Buen Día, Su Majestad). Que comienza así: «A las 08:08 entró por la puerta de su -ya bañada por la luz del día- habitación, su esclavo de 25, no, no me refiero a su edad; él le dijo respetuosamente «Buen Día, Su Majestad», mientras dirigía su mirada al suelo en obediente sumisión, le trajo una bandeja con una extraña mezcla de artefactos y preparaciones frías y calientes, saladas, ácidas y dulces. Por supuesto, no podía faltar una generosa porción de leche condensada. «Siéntate», le dijo ella, señalando su cama de dos por dos metros, con sábanas aguamarina, «esta vez serás parte del banquete».
Ana era una de las reinas más codiciadas y comentadas de un imperio ya extinto. Nadie sabe a ciencia cierta cuáles de las historias que se cuentan sobre ella son reales en la vida material o son simplemente producto de las fantasías o anhelos y odios de sus contemporáneos. Era una y mil mujeres al mismo tiempo…»

La «escritora escribida» se las trae, piensan algunos pacatos machistas, muy a su pesar. Los hombres evolucionados se alegran por el mismo motivo. Ella lo hace, «porque en una no caben todas las vidas que quiero», citan dos casi al mismo tiempo, refiriéndose a Ana María Iturralde. El último dijo: «en un texto que escribió hace años en un blog bajo el pseudónimo «Chicaíndigo…», ella afirmó que cuando quiere el desayuno con té de hojas con canela y al mismo tiempo no resiste las ganas de tomarlo con chocolate, se sirve una porción de cada uno…¡Si será…!» El comentario es parado en seco por la voz de… ¿Ana?: «Ahora suelta el espejo, recuerda que es un cuento», esa frase la escribí hace algunos años; y ahora te digo: «antes de emitir juicios, toma el espejo, y mírate primero a ti mismo».
«¿Qué fue eso?¿Cuál Ana es ahora?» «No sé, perdí la noción», dijo el otro. «Claro… ¿un «blog» en ese tiempo?, ¿teléfono?»
Suelta el espejo, recuerda que es un cuento, y no olvides apagar la vela o la ampolleta.»

Luego tuvo otra idea, y tituló «BD,S,MA» Un ensayo corto acerca de la relación entre amor y sexo. Todo en esos temas, se trata de eso: de cobardes o valientes. Que una delgada línea puede cambiar el significado a Buen Día, … , Mi Amor. Que ni la mejor experiencia con un premio de consuelo supera a un día vainilla cualquiera con la persona que de día viene a la mente cada treinta segundos, y a los sueños en dos de cada tres noches. […]
Sorpresivamente comenzó a hablar en primera persona:
«Hay ingredientes de sobra para transformar cualquier postre en algo memorable, podemos prepararlo juntos.
Usted me gusta más que el té de hojas con canela. Te pintaré la piel para que seas también el chocolate…
Hubo cosas que no debí decir, ni aun como cuento, no sabía…
Pero aquí estoy: dando un salto al vacío, un salto de fe. Confiando en ti»

2023 | 01 | 27

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