No pienses que es una indirecta. Es muy directa: (Aunque nunca llegó a ser un ex, para eso se requiere una relación, la que no existió). Desde el comienzo, con seguridad escuchaste rumores, y, pese a que me gustaba, lo veía siempre cerca de ti; por lo mismo, hice otras cosas, salí con otras personas. El tiempo fue pasando y vi que aunque me busca obsesivamente, sigue acompañándose de ti; no sé qué quiere. Cuando lo he intentado confrontar, se ha hecho el desentendido. Yo creo que perdió la cordura. Al principio, cuando lo conocí, pensé que era tímido, por lo que mostré ciertos signos de interés; luego, cuando supe que existías, hice cosas para que dejara de buscarme. Ahora me gusta otra persona, hace un buen tiempo ya; pero me perturba el hecho de que crea que ciertas cosas que hago se refieren a él, como antes. A veces me despierto de algunos sueños en los que se ve enfermo, clamando, siguiéndome. No puedo cambiar mi número telefónico, ni el de mi aplicación de mensajería, por múltiples motivos, especialmente laborales; de lo contrario, ya lo hubiese hecho; quiero sentirme libre de ese acoso permanente, pero no puedo, porque no ha cesado. Sé que sabes desde siempre lo que hace, imagino que no debe ser agradable haberlo tolerado por tantos años; en tu lugar, ya lo hubiese dejado. Por mi parte, no soy de las mujeres disponibles para ser la diversión de alguien, y menos aún, para ser amante, "amiguita con ventajas", premio de consuelo, ni otras cosas por el estilo; tampoco para estar al acecho y conformarme con migajas. Conozco mi valía. Emocionalmente me distancié hace tiempo, creo que tampoco volveré a los lugares en que él pueda estar; no quiero ser señalada como la persona que rompe relaciones ajenas, aunque sean precarias o decadentes. Él hizo sus elecciones, estaría bien que ya dé vuelta la página. Cualquier cosa la tiró por la borda con su comportamiento confuso y desquiciado, aún cuando creo que es incapaz de querer a alguien y honrar sus compromisos, el que tiene contigo, por ejemplo. Creo que el silencio de una mujer es una eficaz arma disparada contra sí misma... cuando se trata de un hombre como él. Ahora me estoy cuidando, cuídate tú también de ese hombre mujeriego, cobarde, desleal y narcisista, que por eso mismo, perdió valor para mí. Sé que no quieres enfrentarte a este momento, pero si alguna vez existiera, la conversación sería más o menos así. (2021/10/05) Facebook
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