A unos celestes ojos felinos

A unos celestes ojos felinos, que sobre unas ruborizadas mejillas infantiles, me miraron desde lejos hace millones de años (cuando aún no sabía que ibas a ser tan importante), y a su dueño, a quien por años distinguí a kilómetros entre la multitud... Si en ese tiempo hubiese entendido lo que dijiste y hubiese sido valiente como ahora... seguramente ya estaríamos divorciados... Ahora me puedo reír, me desvelé tanto preguntándome ¿por qué eras el primer pensamiento de la mañana?, ¿por qué presentía con precisión cuando te iba a ver, y aparecías, luego de meses buscándote dentro de cada vehículo, de cada casa, de cada tumulto...?, ¿por qué presentí el nacimiento de tu hijo?, ¿por qué nuestra historia tuvo que ser así?

Tal como una vez le conté a tu padre, el mago de un sueño demasiado vívido me dijo claramente "Él es", mientras pasabas envuelto en una luz dorada, como tu piel en verano. Pero todo comenzó en invierno, en mayo, y la primavera nunca llegó... Una vez te invité al cine, ¿recuerdas?, la película se llamaba "Con solo mirarte", la escogí solo por el nombre... Por muchos años pensé en ti cada segundo, "¿si hubiese hecho esto?", "¿si hubiese hecho esto otro?", "¿qué hubiese pasado si...?" hasta que descubrí que nunca te dije lo más importante, y cuando lo hice, fue demasiado tarde. Una vez me dijiste "uno se da cuenta de inmediato", quizás tú te diste cuenta; yo tuve terror... Ahora entiendo que si se sentía tan intenso, era que estaba sucediendo. Siempre fuiste tan certero para decir las cosas, tan oportuno y tan sabio, aunque tan simple, quizás por eso no te entendía. Esta historia hizo el antes y el después para mí...,  quizás por eso, y por la necesidad de reconocerlo, y de reconocerte, no hubo nadie a quien dejara de contársela; que aunque más de una vez intenté enamorarme, nadie te había removido del lugar que tenías. Tú sabes todas las veces que dejé todo para estar contigo... No sé si fue así de importante para ti, pero a veces creo que te decepcioné igual que tu madre biológica, y eso duele... La decepción explica muchas cosas...; siempre intenté reparar esta historia, pero pasaron muchos años, y creo que ya no se podrá, al menos no en esta vida.

... Un día, casi de pasada, te hablé sobre él, lo conocí por acá, donde vivo ahora, tú me dijiste "quizás le gustas", no sé, aunque han transcurrido muchos meses, todo sigue igual: Indefinido, igual que casi toda mi vida.

Ya hablamos sobre nosotros, y está súper claro lo que decidiste; en el fondo era lo que merecía, necesitaba y quería, para liberarme...,  porque ya no quiero soñar con alguien con quien no vaya a dormir todas las noches... En su momento elegí a otro (hace millones de años); y hace dieciocho meses, optaste por tu libertad; es justo. Siempre volví para revivir un sueño..., pero ya no quiero un refugio, ni la incerteza de mensajes sin responder, ni preguntarme más, si hay tantas otras, por qué siempre vuelves a mí (aunque nunca te quedas...).

Confío plenamente en ti, y cuando estás cerca, me siento muy segura, tranquila, casi feliz... Pero ya no sentimos lo mismo, y nunca sostuvimos una decisión.

Como amigo puedes volver todas las veces que quieras, pero como hombre, por favor, si no te vas a quedar, no vuelvas nunca más. Ya no es contigo con quien sueño, pero se repiten las mismas preguntas... Debí responderlas sola, como siempre. Ese saber que hay un par de brazos para sostenerte cuando no creas ser capaz de seguir; que puedes enfermarte y descansar, porque el otro se hará cargo mientras sea necesario; que puedes confiarle a tus hijos, como si fueran suyos... Que cuando se siente intensamente, sólo hace falta tomar una decisión firme por la mujer o el hombre que lo provoca, cerrando la puerta para cualquier otro. (Lo que no hice por ti, y creo que lo lamenté más que tú). Que ya no hay tiempo para esperar, ni a ti, ni a nadie.

(2015/08/09)



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