El otro día iba por la feria, y un señor me dijo: «Mijita, cambie al viejo»; después lo miré… y estaba tan delgado, que se trasluce; además, anda mostrando la hilacha. Ahora: Uno seca los platos; el otro limpia esos indiscretos derrames que suceden cuando se aplica demasiado vigor en las labores -justo cuando todo se había tornado muy aburrido-; y el último se suma si las cosas se ponen muy calientes… En fin, si no me hubieran dicho, nunca hubiese cambiado al viejo… por esos tres nuevos paños para los platos.
¡Así que chao al viejo!
2018 | 06 | 05