Moneda al aire

En un lado está todo lo que parece, aunque sea contradictorio y confuso, como si hubiesen varias realidades cohabitando en ti; y en el otro, lo evidente: Cumpleaños, Navidades, Años Nuevos y vacaciones sin tu presencia y sin haber parecido importante si yo estaba o estoy, o no.

Si hubiera lanzado una moneda al aire, antes te hubiese pintado en la cara y en el sello (así como te pinté en tantos lienzos); pero hay cosas con las que no se juega... ¿cierto? entonces la decisión la tomé cuando te vi, y creo que ni siquiera fue mía esa decisión -que más bien parecía una certeza y un imperativo- y luego miré todas las circunstancias que me llevaban a los lugares donde tú estabas... donde tú estás. Aunque debo reconocer todas las veces que me desvié del camino. La vida es como un gran teatro, algunos son excelentes actores, tanto, que mantenerse firmemente obediente a La Voluntad parece tener los mismos resultados que no hacerlo. Quizás en esta representación sólo soy tu piedra de tropiezo, más que cualquier otra cosa. Corrijo: era tu piedra de tropiezo. Me hice esa pregunta cada día desde que te conozco... demasiado tiempo infructuoso. Ya no sé quién está detrás de los que parecen ser tú: de los que parecen buscarme cronológica e incansablemente, de los que se disfrazan de interesados en terrenos, de compradores de comida rápida, de simples ciudadanos que tenían mi número entre los contactos de un teléfono de segunda mano, etc. Cuando los relojes indiquen que este año terminó, mi tiempo también será invisible; como yo, cuando la realidad virtual es reemplazada por la material. Quizás cambie de número, de ciudad o hasta de constelación... Para escapar de tu locura y de tu cobardía o de la de a quienes les pareció divertido jugar con ambos ¿Tú crees que he jugado contigo? Para escapar de la locura que me sigue de cerca, y de la duda acerca de si pensar en ti y buscarte es un pecado, a la luz de las cosas que presencio. Crees que puedes saber más sobre mi vida leyendo las historias y consultando a las personas equivocadas, que parándote frente a mí, como lo haría un hombre. De todas nuestras conversaciones, que normalmente se reducían, de tu parte, a expresiones como "no" o "nunca", o tu frase más larga "estás loca"; de las faltas a la verdad que presencié (y que nadie me contó) que proferiste... aprendí que hablar contigo antes de cerrar este libro, será también infructuoso. ¿Por qué supones que habiendo tantos cristianos, voy a seguir sosteniendo la mirada en el más cobarde? En su oportunidad dije lo que tenía que decir, tomé las únicas decisiones que podía tomar, e hice las preguntas que necesitaba hacer; y no sólo a ti, también a personas que aseguraron conocerte bien (que, por cierto, no te halagaron precisamente). No te sorprendas de que hoy prefiera no exponerme, tú has sido un buen maestro en eso (o quien hizo las veces de ti). A veces pensaba que estabas preparando una sorpresa para mí, pero mi cabello se fue volviendo blanco, las esperanzas murieron de hambre, y el hijo que quería fue abortado antes de ser concebido ¿A quién sentarás a tu mesa para saludar al nuevo año? Creo que sé la respuesta. Fue un error no haber tirado una moneda al aire..., que es como parece que decides tus siguientes movimientos cada vez que quieres introducir cambios en tus representaciones. Tú haces teatro; yo, escribo ¿Se puede ganar o perder, acertar o errar acerca de algo que no existe? ¿Por qué te ofendes?

Nada me debes, nada te debo.
(2018/12/31)


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