En mi caso hoy, antes había un suave murmullo, pero dos grupos se fueron y quedó un silencio casi perfecto (como los del Chavo del Ocho); en eso mi estómago reclamó alimentos, como un monstruo hambriento, y recordé que una vez me pasó lo mismo en una clase en la PUCV y que un compañero … Sigue leyendo Tapándome la boca
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